Reseña sobre “El grado cero del insomnio”, de Emilio García Wehbi.
“Esta obra no es un espectáculo teatral” advierte una de las 9 protagonistas en la introducción. Estalla una música jazz y el resto de sus compañeras se presentan. Inyectadas de energía, con una sonrisa de oreja a oreja, ojos bien abiertos, maquillaje excesivo y un look ochentoso, las actrices estaban vestidas con lo más ajustado posible: minifaldas, tops, medias cancán, mallas, que remiten a los programas de tv para hacer ejercicios aeróbicos, y zapatos con taco aguja. Armaron un trencito y todas empezaron a mover sus brazos y sus cabezas a los costados, manteniendo muecas. Después, tres de ellas trajeron una mesa y varias sillas, mientras el resto mantenía la coreografía. De repente, la música se cortó y todas se acomodaron en unas sillas. Aquí comienza el desarrollo, el cual no consta de personajes, lugares o escenas ya que “Esto no es un espectáculo teatral” . Los parlamentos de cada una se desarrollaban y se interrumpian por los de otra. Por lo tanto, mantener la concentrac